Frase Sensata
del Mes

«Si renunciamos a nuestros ideales, acabamos viviendo con los ideales de otros» (Dennis Kucinich, congresista estadounidense, El Mundo, 25.8.02).
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Frase Insensata
del Mes

«Con nuestra ayuda, Irak será liberada y podrá volver a ser una gran nación» (Richard Cheney, vicepresidente de Estados Unidos, El Mundo, 27.8.02).
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Septiembre 2002
  “Apostillas / Agosto de 2002”. El contrapunto de La Excepción a la información de los medios, usualmente sesgada.
  “Lo que dicen y lo que en realidad quieren decir / Agosto de 2002”. “Traducción” de declaraciones de personajes públicos en las que dicen más de lo que parecen expresar.
  “Ante el nuevo ataque a Irak”. Nueva guerra a la vista, y el mundo calla. Solamente los tambores de guerra, literales o plumíferos, dejan oír su redoble estridente.
  “La idea de hacer justicia tirando bombas es muy peligrosa”. Por la sensatez y el saludable idealismo de Dennis Kucinich, congresista demócrata de Estados Unidos, reproducimos completa esta entrevista con él, a pesar de que no coincide plenamente con la posición de La Excepción.
  “El sino de Batasuna”. La reflexión imparcial sobre una medida democráticamente necesaria evoca numerosas sombras del pasado, y parece acompañarse de otras nuevas.
  “¿Renuncia papal?” ¿Qué sentido tiene el debate sobre la renuncia papa?

 

Apostillas / Agosto de 2002
© LaExcepción.com

Reflexiones como contrapunto a la información de los medios.


Salvar al planeta... del ecologismo
José Ignacio del Castillo
Libertad Digital, 30.8.02

Los ecologistas ya lo han conseguido.  [...] No es fácil vender la idea de que el desarrollo industrial y económico; –que ha hecho que hoy día trabajemos ocho horas diarias con dos días de descanso semanales y un mes de vacaciones, en vez de hacerlo de sol a sol por un puñado de arroz, teniendo comodidades impensables para los faraones del antiguo Egipto y con una esperanza de vida que ha aumentado más de treinta años en el último siglo, etc.– sea en realidad el envenenamiento del medioambiente. Sin embargo, lo han hecho. [...]

Esta semana, los gobiernos mundiales discuten con toda seriedad la "solución" consecuente que proponen los ecologistas: caminar hacia el genocidio (no se me ocurre otro nombre para la natural consecuencia de abogar por reducir el "impacto" de la especie humana sobre el planeta). Sólo los EE.UU. parecen mantener cierta sensatez, negándose a participar en semejante farsa.

No faltan razones para valorar críticamente algunos planteamientos, incluso la filosofía de fondo, de gran parte del ecologismo moderno. Ahora bien, en este caso se recurre a esa simplificación mental (que denominamos simplismo bipolar) consistente en considerar bueno lo que se opone a lo que creemos que es malo. Así, por estimar que los ecologistas exageran o pierden de vista al ser humano, automáticamente se alaba como necesario y bondadoso todo aquello que se recoge con el término “progreso. LEx


Se estudia abrir el proceso de beatificación de Juan Pablo I
Anuncio del obispo de Belluno-Feltre

CIUDAD DEL VATICANO, 27 agosto 2002 (www.zenit.org).- La vida y obra de Juan Pablo I, Papa durante 33 días del 26 de agosto al 28 de septiembre de 1978, será el objeto de una investigación para promover su beatificación. [...]

Lejos de la lógica del poder, «la gente le entendió», siguió diciendo monseñor Savio, para explicar el mensaje dejado por el pontífice.

El cardenal Albino Luciani, patriarca de Venecia, sucedió a Pablo VI, fallecido el 6 de agosto de 1978. Falleció en su cama a causa de un infarto el 28 de septiembre, según anunció el Vaticano en su momento.

Este texto de la agencia vaticana revela dos interesantes reconocimientos implícitos, quizá producto de un lapsus del redactor: el acceso al papado y su ejercicio está habitualmente basado en la lógica del poder, de ahí que la gente apreciara la excepcionalidad de Juan Pablo I; el infarto es, efectivamente, la explicación oficial de su muerte que el Vaticano dio en su momento, pero no necesariamente la causa real del mismo. LEx


Roger ETCHEGARAY. Cardenal de la Iglesia católica
«El diálogo debe sustituir a la violencia, el pueblo vasco ya ha sufrido bastante»
Gara, 25.8.02

El cardenal Roger Etchegaray, estrecho colaborador del Papa Juan Pablo II, visita, como cada verano, su localidad natal de Ezpeleta. Allí ha concedido una extensa entrevista, publicada por “Le Journal du Pays Basque-Euskal Herriko Kazeta” [...].

–Este mismo año usted ha estado en lugares como México o Palestina
A principios de año fui a México y me reuní con los pueblos indígenas. Estuve en Chiapas, en San Cristóbal de Las Casas, donde pude conocer sobre el terreno las dificultades y la realidad cotidiana de los indios mexicanos. El mismo Papa pronunció un importante discurso para pedir el respeto hacia su cultura e identidad. Los pueblos indígenas son pueblos 'completos', que tienen su historia, sus tradiciones y sus derechos. Como vasco, siempre he sido muy sensible a todos los pueblos del mundo a los que no se respeta ni se reconoce su identidad. [...]

–[...] En Euskal Herria persiste un conflicto que se perpetúa y que de momento no encuentra una salida.
Estoy muy arraigado a mi tierra y sigo habitualmente la actualidad del País Vasco. Continúo siendo totalmente solidario con la tierra de la cual soy hijo. Sufro con los hechos que perturban la vida de este pueblo que es el mío. El diálogo debe sustituir a la violencia. El pueblo vasco ya ha sufrido suficientemente una situación que exige a los políticos mucha lucidez y coraje.

Una muestra más del lenguaje diplomático del Vaticano, incluso en situaciones como la del País Vasco. Nada en la entrevista se podría interpretar ni como una lejanísima condena de ETA (el término violencia se usa de forma genérica, como hacen los proetarras), lo cual permitió que fuera reproducido en 'Gara', el diario afín a ETA y Batasuna. Se identifica al pueblo vasco como “pueblo indígena”. Y se insta al diálogo, con todo lo engañoso que puede resultar ese término utilizado inapropiadamente (ver Diálogo). LEx


GUERRA CONTRA EL TERROR / TRAS LOS PASOS DE 'LA RED'
Un millar de talibán murieron asfixiados
'Newsweek' revela que fallecieron en camiones de la Alianza del Norte durante su traslado a Sheberghan
El Mundo, 20.8.02

WASHINGTON.- Cerca de 1.000 talibán fallecieron de asfixia en noviembre de 2001 en camiones de la Alianza del Norte en el norte de Afganistán, según reveló ayer el semanario estadounidense Newsweek. Los cuerpos fueron enterrados en fosas comunes cerca de una cárcel de la Alianza situada en Jowzjan, al norte del país. La publicación cita a testigos y a organizaciones internacionales, así como un documento interno de Naciones Unidas.

Newsweek añade que las tropas estadounidenses estaban al corriente del transporte de cientos de hombres dentro de camiones cerrados, muchos de los cuales murieron asfixiados en su interior. [...]

Además, ya habla de «crímenes de guerra». El consejero de comunicación de la Casa Blanca, Dan Barlett, ya indicó el domingo que «las cuestiones humanitarias» en Afganistán han sido siempre «la preocupación principal» del presidente Bush. [...]

Un ejemplo de para qué puede servir la inmunidad de las tropas estadounidenses ante el Tribunal Penal Internacional (ver, más abajo, “EE UU suprimirá la cooperación militar...”). Al margen de eso, ¿a quién le importa el exterminio por asfixia de cientos de talibán? No es una pregunta retórica, pero como si lo fuera... LEx


EEUU ayudó en secreto a Irak contra Irán pese a saber que usaba armas químicas
El Mundo, 19.8.02

NUEVA YORK.- El presidente Reagan prestó ayuda militar en secreto a Sadam Husein durante la guerra contra Irán aun a sabiendas de que Irak estaba haciendo uso de su arsenal de armas químicas, según revelaba en su edición de ayer el New York Times.

El secretario de Estado, Colin Powell, declaró secamente que la información del rotativo neoyorquino era «errónea». La Administración Bush, cuajada de hombres de la era Reagan, intentó esquivar ayer las acusaciones de la pasada complicidad con Sadam. [...]

De acuerdo con las citadas fuentes, los oficiales estadounidenses llegaron incluso a pasearse por el campo de batalla junto a los militares iraquíes y a constatar el uso de armas químicas. [...]

El New York Times ofreció ayer por primera vez los detalles del inusitado programa de colaboración con Sadam a través del testimonio de varios oficiales militares implicados directamente en la operación y de documentos ocultos hasta ahora como «material clasificado». [...]

Catorce años después de aquella guerra brutal que se cobró más de un millón de muertos, el presidente George W. Bush se aferra precisamente a ese hecho –el que Sadam posea armas de destrucción masiva– para justificar ahora una posible acción militar para derrocar al líder iraquí. [...]

Cuando uno repasa la historia reciente de la hostilidad estadounidense contra Irak, no puede dejar de maravillarse. Primero, porque llegó precedida por la colaboración de ambos países contra el Irán de Jomeini. Segundo, porque no es verosímil que una “simple” (en términos geopolíticos) invasión de Kuwait, animada por la propia embajadora norteamericana en Irak y fácilmente revertida en la guerra de 1991, pudiera engendrar tanto odio y, sobre todo, tanto ensañamiento contra el antiguo aliado. Tercero, porque esa supuesta animadversión ya debiera haberse visto sobradamente satisfecha con el embargo genocida, el control del espacio aéreo iraquí y las casi continuas agresiones que desde 1991 hasta hoy ha venido sufriendo la población de ese país a manos de la aviación anglonorteamericana. Cuarto, porque, como vuelve a confirmar esta noticia, la supuesta posesión iraquí de armas de destrucción masiva es básicamente una excusa para deponer al antiguo dictador amigo, con la nueva masacre consiguiente. Y quinto, porque en los once años transcurridos, jamás ha dado Irak la menor muestra de suponer una amenaza militar para Occidente.

Es cierto que hay algunas palabras ('petróleo', 'industria de armas') que ayudan a explicarlo. Pero, ¿cómo hallar alivio en ellas frente a tanta vileza asesina, y cuando casi todos callan...? «No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad. Confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldad, y engendran iniquidad» (Isaías 59: 4). Sólo en la denuncia constante, y en la seguridad de que finalmente Alguien hará justicia (ver Daniel 9: 7; 2: 44) podrán las almas sensibles encontrar ese alivio. (¡Sí, ven, Señor Jesús!). LEx


Blázquez afirma que la prioridad es «acabar con ETA»
El Mundo, 16.8.02

BILBAO/SAN SEBASTIAN.- El obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, pidió la desaparición de la organización terrorista ETA y tuvo un especial recuerdo y apoyo para las víctimas del terrorismo durante la homilía que ofreció ayer en la Basílica de Begoña, con motivo de la festividad de la Asunción.

«Es una prioridad básica que deje de existir la organización terrorista que desde hace tantos años amenaza la vida y la convivencia». Claro y rotundo. Así se expresó Blázquez ante las miles de personas que se congregaron en el templo.

El prelado bilbaíno se lamentó de «tener que repetir, una vez más, 'no matarás', ante los asesinatos terroristas». Asimismo, calificó de «gravísima perversión moral» el disponer de la vida de otras personas «como instrumento para alcanzar fines políticos». [...]

Obsérvese que el titular en absoluto se corresponde con las palabras de Blázquez, según las recogen el desarrollo de esta misma noticia y el resto de la prensa. Sabido es el abismo que media entre “acabar con ETA” y pedir su “desaparición”. El mismo que separa las posturas más enfrentadas (las del PP y el PNV, respectivamente). La posición de la Iglesia Católica Romana ante el conflicto vasco es de una ambigüedad intencionada, lo cual parece despistar bastante a los observadores católicos (el diario 'ABC', por ejemplo, se empeña en afirmar que “los obispos hablan claro”), pero se ajusta a los propósitos políticos de esta institución (ver Nacionalismo vasco y catolicismo). LEx


Cuatro muertos en Irak en un bombardeo aéreo
El País, 16.8.02

Cuatro iraquíes murieron el miércoles en un bombardeo llevado a cabo por aviones de la coalición formada por EE UU y el Reino Unido en el sur del país, según informó un portavoz militar iraquí. El Mando Central estadounidense dijo que los aviones bombardearon sistemas de radares en respuesta a disparos de la artillería iraquí.

Este tipo de ataques criminales no han cesado de producirse regularmente desde la primera edición de la guerra del Golfo, allá a principios de 1991 (ver, más arriba, “EEUU ayudó en secreto a Irak...”, así como La guerra del Golfo no ha terminado). LEx


Un grupo humanitario acusa a EE UU de malos tratos a los detenidos por el 11-S
El País, 16.8.02

La organización Human Rights Watch denuncia casos de palizas y humillaciones a los presos

La 'guerra contra el terror' lanzada por el presidente de EE UU, George W. Bush, tras los atentados del 11-S ha ido acompañada de detenciones arbitrarias, violaciones de derechos fundamentales, maltrato físico y psíquico a los detenidos, confinamientos en celdas de aislados durante largos periodos sin mediar acusación formal, pruebas, ni abogados a cientos de ciudadanos de origen árabe, detenidos en su mayoría por infracciones de la legislación migratoria, según un informe de la organización de derechos humanos de EE UU Human Rights Watch (HRW) hecho público ayer.

De los cerca de 1.200 detenidos del 11-S en EE UU, 752 fueron encarcelados por infracciones migratorias, mientras el Gobierno continuaba investigándoles. La organización considera que en la actualidad puede haber 74 presos, según datos de la Administración. A pesar de permanecer semanas e incluso meses en prisión, ninguno de ellos ha sido acusado formalmente de delitos relacionados con el terrorismo y la mayoría han sido deportados a sus países de origen, sin que el Gobierno haya revelado los nombres ni el número de detenidos, según el informe de HRW. [...]

Los detenidos sufrieron además hacinamiento, no se les permitió la visita de sus familiares ni de sus abogados, se les privó de dormir, se les prohibió hacer ejercicio y recibieron comidas insuficientes o inadecuadas a su religión. Los prisioneros también se quejan de la falta de facilidades para practicar su culto. El informe de HRW, de 99 páginas, documenta, además, la falta de asistencia médica adecuada que, según la organización, provocó la muerte de un detenido, que sufría problemas cardiacos. [...]

Se nos ha repetido de manera infatigable que la presente “guerra contra el terrorismo” persigue la defensa de los valores occidentales, en particular su respeto de los derechos humanos. He ahí la prueba. LEx


El líder de la revolución iraní afirma que 'Bush habla como Hitler'
El País, 15.8.02

El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, acusó ayer al presidente de EE UU, George W. Bush, de utilizar el mismo lenguaje que Hitler en sus amenazas. Jamenei, el hombre más poderoso de su país, se ha opuesto a cualquier movimiento de apertura de Teherán hacia Washington. La Administración de Bush, por su parte, incluye a Irán en su lista de países del eje del mal por supuesto apoyo al terrorismo. 'La arrogancia ha arrojado al intimidante Occidente en la desgracia', dice una nota de la agencia oficial iraní Irna citando a Jamenei, 'y el presidente de un país que se dice defensor de los derechos humanos habla el mismo lenguaje a los pueblos del mundo que el que usaba Hitler'. [...]

Una muestra de que la cerrazón fanática no tiene por qué estar siempre reñida con la apreciación realista y sensata de las cosas. Para nosotros, habitantes del Occidente opulento, es fácil llenarnos la boca sobre lo exagerado que puede resultar comparar a Bush con Hitler. Pero ahora, pongámonos en el lugar de un iraní medio que escucha cómo el "emperador" incluye a su país en el "Eje de Mal", de lo cual ese habitante de la antigua Persia deduce que su país puede ser el siguiente objetivo después de Irak. Y además, percibe en semejante amenaza un tono prepotente, chulesco y hasta despreocupado (Bush a veces hace incluso bromas sobre estas cosas).LEx


El Papa ofrece su mediación personal en el proceso de paz en Tierra Santa
La Razón, 12.8.02

[...] El Vicario de Cristo ofreció ayer «su propia mediación» para crear las condiciones de un diálogo fructífero entre las partes que acelere el proceso de paz en Oriente Medio, y pidió a la comunidad internacional que intervenga «con mayor determinación» en ese conflicto.

Durante el tradicional rezo del Ángelus en su residencia estival de Castelgandolfo, situada a las afueras de Roma, Juan Pablo II solicitó incluso que esa deseada intervención de la comunidad internacional sea a través de «una presencia directa sobre el terreno» para poner fin a la espiral de violencia entre israelíes y palestinos. «Nadie puede permanecer indiferente ante un drama humano que parece no tener fin», aseguró ayer el Pontífice.

El Santo Padre hizo un llamamiento a que las partes en conflicto regresen a la mesa de negociaciones y denunció «la espiral asesina de atentados y represalias» que sufren los habitantes de la región. En una larga reflexión dedicada al conflicto en Tierra Santa, el obispo de Roma, que leyó su discurso con voz clara y fuerte, aunque en ocasiones dejaba entrever cierta fatiga, recordó que «no existe justificación para la muerte de civiles inocentes».

«¿Cuándo israelíes y palestinos comprenderán que la convivencia entre ellos no se logrará a través de las armas, los atentados o los muros de separación?», se preguntó. [...]

Esta petición para impulsar la paz entre palestinos e israelíes tiene lugar después de que se produjera una entrevista entre el líder espiritual del grupo terrorista Hamas y el representante del Papa en Tierra Santa, monseñor Michel Sabbah. Ahmed Yasín rechazó la petición del jerarca católico de que se pusiera fin a la actividad de los kamikazes de Hamas para atacar a la población israelí a cuyo Gobierno le adjudica «toda iniciativa por la paz».

Continúan los intentos de mediación del Vaticano en este conflicto, para lo cual le es necesario mantener la equidistancia entre el gobierno de Israel y los palestinos (incluidos los terroristas). Desgraciadamente, todo apunta a que los motivos de estos movimientos son más geoestratégicos que humanitarios (ver 'Tierra Santa').LEx


HENRY KAMEN
El presidente Bush y los crímenes de guerra
El Mundo, 12.8.02

George W. Bush lo dejó claro hace unas semanas: «A pesar de que EEUU coopera con muchas otras naciones para mantener la paz, no someteremos a nuestros soldados a fiscales y jueces cuya jurisdicción no aceptamos». Se refería al tratado que establece una Corte Penal Internacional (CPI) para juzgar crímenes de guerra. En mayo de este año, EEUU afirmó que repudiaba el tratado y declaró que quiere dejar exento de este tribunal a su Ejército. ¿Tiene en esto razón el presidente?

En el mejor de los casos, parece alarmante que una nación desee que sus soldados queden libres de persecución por crímenes que puedan haber perpetrado en el cumplimiento de su deber. Sin embargo, el problema es algo más complicado que todo eso. [...]

El motivo por el que Bush no acepta la CPI es relativamente sencillo. El Gobierno de EEUU no dejará que sus ciudadanos estén sujetos a leyes extranjeras y, si existe alguna sospecha de crímenes de guerra, preferirá tratar con el problema directamente. Muchos legisladores estadounidenses desconfían de un tribunal permanente, temen que su poder podría ser fácilmente mal empleado para hacer caprichosas detenciones de oficiales estadounidenses o de personal militar en el extranjero. Hace tiempo que EEUU apoya tribunales especiales, como los que se crearon para ocuparse de crímenes en Ruanda y en la antigua Yugoslavia, pero la idea de un tribunal permanente es problemática para muchos congresistas. [...]

En realidad, en casi todas las acciones militares donde la ONU ha intervenido, sus tropas han sido en su mayoría estadounidenses. Esto inevitablemente ha provocado una marea de antiamericanismo en todos aquellos pequeños países que no están conformes con la política de EEUU. [...]

El sentido común parece sugerirnos que todas las naciones, grandes o pequeñas, deberían ser iguales ante la ley.

No obstante, sería injusto no reconocer que los temores de los norteamericanos se basan en la experiencia real. [...] Ya que durante las últimas décadas Estados Unidos ha participado en la mayoría de acciones de mantenimiento de la paz, sería fácil condenar todas sus actividades como criminales, detener a miembros de sus fuerzas armadas y llevarlos a juicio (como hicieron los comunistas de China durante la Guerra de Corea) por crímenes de guerra. [...]

Pero no hay que olvidar que los grupos progresistas han sugerido que la CPI debería ser el foro que juzgara no sólo «crímenes de guerra» sino también «crímenes de todo tipo». Han insinuado que debería tener jurisdicción sobre «amenazas serias para el medio ambiente» y «ultrajes cometidos a la dignidad personal». Por tanto, EEUU hace bien en ser cauto. [...]

Quizá Kamen no lo sea, pero su argumentación es impecablemente cínica: 1) En principio es injusto que un país, aunque sea Estados Unidos, esté exento ante la CPI; 2) pero hay que tener en cuenta que ese país es el que lucha en más guerras; 3) en razón de ello, puede cometer más crímenes de guerra, pero también ser acusado de otros que no comete; 4) por si fuera poco, la CPI quizá no se limite a juzgar crímenes de guerra, sino también delitos medioambientales y lesivos de la dignidad personal, en los que ese país tampoco anda escaso. Conclusión: Estados Unidos hace muy bien en exigir inmunidad.

Kamen, compatriota de George Orwell, probablemente admire al autor de 'Rebelión en la granja' y '1984'. Y denueste a los cerdos (alegóricos del estalinismo) que, en la primera novela concluían: «Todos somos iguales, pero unos somos más iguales que otros.» Seguro que también habrá reprobado más de una vez el totalitarismo que '1984' denunciara, y que él ahora, conscientemente o no, contribuye a instaurar. LEx


EE UU suprimirá la cooperación militar con los países que no den inmunidad a sus tropas
El País, 11.8.02

El Gobierno de Estados Unidos está dispuesto a presionar todo lo que sea necesario a los países integrantes de la Corte Penal Internacional (CPI) para conseguir que sus soldados y funcionarios en el exterior gocen de inmunidad ante posibles acusaciones por crímenes de guerra. Una ley antiterrorista aprobada la pasada semana permite al presidente de EE UU, George W. Bush, suprimir la ayuda militar a los aliados que se nieguen a garantizar la inmunidad de los estadounidenses, y Washington ha empezado ya a amenazar con ese instrumento de presión.

Numerosos diplomáticos han expresado su malestar por la arrogancia de EE UU. El apartado de la ley que condiciona la ayuda militar a la firma de un tratado bilateral, por el que el país receptor se compromete a no acusar nunca a un ciudadano estadounidense ante la CPI, fue redactado por Tom DeLay, el ultraconservador líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, y aprobado por una amplia mayoría de ambos partidos. [...]

Sólo los miembros de la OTAN y algunos otros aliados estratégicos, como Israel, Egipto, Australia, Japón y Corea del Sur, podrán seguir recibiendo ayuda militar aunque no firmen el tratado de inmunidad. Israel, sin embargo, se ha apresurado a suscribir un acuerdo bilateral por el que se compromete a no acusar jamás a un estadounidense, a cambio de que Washington no acuse a un ciudadano israelí. [...]

Prácticamente todos los países del mundo reciben ayuda militar estadounidense, salvo Irán, Irak, Cuba y el resto de los incluidos en la lista de "países terroristas" del Departamento de Estado.

La inmunidad, naturalmente, garantiza la impunidad. Se confirma así que el Nuevo Orden Mundial –supuestamente inspirado en los valores occidentales– no será un (macro)estado de derecho. LEx


JOSE ANTONIO GOMEZ MARIN
Las manos de Baal
El Mundo, 9.8.02

[...] Los antropólogos han censado la costumbre de quemar viva a la mujer en cuya espalda luciera un lunar, en diversas culturas que consideran ese accidente como una seña diabólica. Pero quizá ningún caso tan conocido como la costumbre india de echar a la viuda a la pira funeraria del marido, ritual casi en desuso que ahora, al parecer, se está recuperando avivada la llama por el soplo integrista que recorre el mundo. Esta misma semana una mujer ha sido quemada viva ante mil espectadores que animaron sin descanso al propio hijo de la víctima, encargado de prender el fuego por una tradición arraigada. [...]

Alguien ha escrito hace poco que habría que plantear sin tardanza el derecho a la injerencia que asiste al mundo democrático frente a situaciones culturales que implican irreparable daño para los derechos fundamentales de la Humanidad. ¿No invadimos Yugoslavia desde el aire y nos quedamos tan tranquilos? Pues a ver qué podría impedir extender esa lógica de manera que sirva de contrapeso al prejuicio, tan generoso como pánfilo, que impone la observancia fanática de la multiculturalidad. Nada tiene que ver el respeto a la diferencia con la inhibición ante la barbarie. A la India, por ejemplo, una democracia en teoría, debería exigirle la comunidad internacional que se plante ante prácticas tan aterradoras como la quema de viudas, la venta de niñas o la mutilación de mujeres. [...]

«...y nos quedamos tan tranquilos.» No parece un buen precedente para futuras injerencias deseables. Más bien debiera serlo para evitar que se repitieran matanzas como las que conllevó la intervención en Yugoslavia.

El llamado “principio de la no injerencia” no obedecía tanto a principios éticos o de derecho internacional, como a la realidad de un planeta bipolarizado durante la guerra fría, en el cual se convino más o menos tácitamente el reparto de áreas de influencia. Su abandono, constatable sobre todo desde el 11-S, obedece también a motivos meramente fácticos: los que impone la globalización unipolar. Justamente por ello es muy arriesgado defender el “derecho a la injerencia” sin asegurarse primero de quién lo ejercería, cómo, y si está legitimado para hacerlo. LEx


Olegario González de Cardedal niega que la causa de las guerras actuales esté en la religión
La Razón, 8.8.02

[...] El catedrático de Teología de la Universidad de Salamanca y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas desveló las claves de algunos de los conflictos que atañen a Oriente y Occidente. [...]

– El conflicto palestino-israelí, como el conflicto occidente-mundo árabe, o el conflicto Estados Unidos-países petrolíferos [...] no se trata[n] de guerras de religión. Ya somos todos lo suficientemente maduros para saber que la actitud religiosa no es generadora de violencia. Lo que ocurre es que en situaciones de guerra todos echan mano de las armas para defenderse. La gran responsabilidad histórica está en los poderes económicos y políticos que mueven a estos enanos.

– ¿El futuro, pues, es preocupante?
Dios ha dejado el destino del mundo en manos de los hombres. Hay aspectos que se reserva a la naturaleza, pero es la libertad del hombre la responsable del futuro. Lo que no se puede tolerar es la actitud de un occidente poderoso frente a los países pobres, no se deben establecer leyes draconianas que defiendan los productos de unas determinadas áreas, mientras los de otras sean devaluados.

Es triste que un teólogo tan brillante en otros trabajos yerre tanto en estos análisis. Es cierto que la religión siempre ha sido un factor más de la guerra (muy pocas veces el decisivo, pues normalmente opera como un elemento étnico más). Pero como tal factor étnico, cada vez está más presente en los conflictos y, en un mundo que se dirige a la barbarie político-religiosa afirmar que “todos” somos maduros “ya” implica un voluntarismo ciego, anclado en una concepción evolucionista de la historia según la cual el progreso social y moral es inexorable a pesar de que todo se desmorone. Concepción frontalmente opuesta a la bíblica, al igual que la afirmación de que “Dios ha dejado el destino del mundo en manos de los hombres”. Si acaso, el desarrollo de la historia está en manos humanas, pero ningún cristiano puede negar que su destino está en manos de Dios (ver Daniel 2: 44-45 y Mateo 24, por ejemplo). LEx


Cinco heridos de bala en las calles de Caracas
El Mundo, 3.8.02

[...] Esta escalada de tensión se inició el miércoles, cuando el Tribunal Supremo de Justicia votó por mayoría contra una ponencia que inculpaba de rebelión a cuatro altos cargos militares, supuestamente implicados en el derrocamiento de 48 horas que sufrió el presidente Chávez en abril.

Durante todo el día de ayer, las calles cercanas al palacio presidencial se llenaron de manifestantes chavistas, algunos con el rostro cubierto, que protestaron violentamente contra el Tribunal y contra la policía. Este cuerpo está dirigido por el alcalde de la capital venezolana, Alfredo Peña –contrario a Chávez–, quien ha ordenado un patrullaje masivo. [...]

No es cuestión de sentir especial simpatía política por Chávez (casi ningún gobernante de la tierra la merece). Pero cuando se leen noticias como ésta, se habrá de admitir que llamarle “dictador” y justificar el fallido golpe contra él sobre esa base, resulta una infamia. ¿Desde cuándo una dictadura permite, por ejemplo, un Tribunal Supremo desafecto, y que la alcaldía y la policía de la capital estén controladas por la oposición? LEx


Declarada ilegal una parte de la ley antiterrorista del Reino Unido
El texto permite retener indefinidamente a personas sospechosas
El País, 31.7.02

La justicia británica declaró ayer ilegal la parte más polémica de la nueva ley antiterrorista del Reino Unido. Aprobada a toda prisa y en medio de un considerable tumulto político en diciembre del año pasado, la ley declaró en suspenso el artículo 5 de la Convención Europea de Derechos Humanos para permitir la detención indefinida sin juicio de los sospechosos de actividades terroristas contra los que no hubiera pruebas suficientes y que no pudieran ser deportados a países terceros.

Los jueces entienden que la ley viola precisamente la Convención Europea, porque sólo se puede aplicar a ciudadanos extranjeros, pero no a naturales británicos. [...]

Paradójicamente, el presidente de la SIAC [Comisión de Apelaciones Especiales sobre Inmigración], el juez Collins, afirma que la ley 'no sólo es discriminatoria e injusta', sino también 'desproporcionada', pero el fallo sostiene que el Gobierno actuó de manera correcta al considerar que se trataba de un caso de 'emergencia pública por amenazas a la vida de la nación'.

La sentencia es garantista, y supone un freno judicial a las tentaciones autoritarias del ejecutivo, pero no deja de ser preocupante que un juez considere que una medida “discriminatoria”, “injusta” y “desproporcionada” pueda a la vez considerarse “correcta”.LEx

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Lo que dicen y lo que en realidad quieren decir / Agosto de 2002
© LaExcepción.com

Numerosos personajes públicos hacen declaraciones en las que expresan una cosa pero implícitamente comunican algo distinto. En La Excepción nos permitimos “traducir” algunas de estas frases crípticas.

Paula Dobriansky, máxima responsable de la delegación estadounidense a la Cumbre de la Tierra en Johannesburgo
«Somos los campeones mundiales del desarrollo sostenible» (El Mundo, 30.8.02).
Traducción
«Somos los campeones mundiales de la contaminación sostenible.»

Richard Cheney, vicepresidente de Estados Unidos
«Con nuestra ayuda, Irak será liberada y podrá volver a ser una gran nación» (El Mundo, 27.8.02).
Traducción
«Como hemos demostrado en Afganistán, nos resulta indiferente lo que sea de Irak como nación después de nuestro ataque masivo, cuyo ónico objetivo es defender los intereses económicos y geopolíticos de nuestro país.»

Karol Wojtyla, papa Juan Pablo II, autodenominado “Vicario de Cristo”
«El hombre vive como si Dios no existiese, incluso se atreve a ocupar su puesto» (El Mundo, 19.8.02).
Traducción
«Ya que el hombre vive como si Dios no existiese, yo ocupo su puesto.»

Gerhard Schröder, primer ministro alemán, sobre el posible ataque a Irak
«Sería menos fácil entenderlo como un acto de defensa y podría destruir la alianza internacional contra el terror» (BBCMundo.com, 7.8.02).
Traducción
«Yo hasta el día 22, fecha de las elecciones en mi país, me las tengo que dar de pacifista para arañarles votos a los verdes y a la izquierda. Después ya hablaremos (supongo que lo entiendes, Georgie).»

John Bolton, subsecretario de Estado de Estados Unidos
«[La caída del régimen de Sadam es] la única forma de eliminar la amenaza que representa para nuestros intereses y nuestros amigos y aliados en la región, así como para la paz y la seguridad en general» (El País, 4.8.02).
Traducción
«Nuestros intereses en Oriente Próximo bien valen una masacre de odiosos civiles iraquíes.»

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Ante el nuevo ataque a Irak
© J.F.S.P. [juanfernandosanchez@laexcepcion.com] (8 de septiembre de 2002)

Nueva guerra a la vista, y el mundo calla. Solamente los tambores de guerra, literales o plumíferos, dejan oír su redoble estridente.

Como es sabido, un nuevo ataque a Irak está en marcha. El objetivo declarado: derrocar al tirano que lo gobierna. El motivo declarado: la posesión, no demostrada, de armas de destrucción masiva, lo que le convertiría en una amenaza para el resto del mundo. La excusa adicional: los vínculos, sólo especulados, de Sadam con Al Qaeda y el terrorismo internacional.

Como quizá no todos saben, desde la primera edición de la guerra del Golfo en 1991 (que según Greenpeace costó la muerte a unos doscientos mil iraquíes):

  • El norte y el sur de Irak fueron declarados por la ONU zonas de exclusión aérea, lo que ha permitido a la aviación de Estados Unidos y el Reino Unido efectuar cientos de bombardeos (por ejemplo, 35 en lo que va de año 2002) con la excusa de que el régimen iraquí violaba dicha exclusión. Las víctimas a consecuencia de esos bombardeos han sido numerosas.


  • El embargo comercial al que fue sometido Irak (antiguo aliado de Occidente en su guerra contra Irán) ha costado a este país más de un millón de muertes, sobre todo entre la población infantil, y según datos de la ONU.


  • En diciembre de 1998 Bill Clinton realizó una nueva intervención masiva, de varias semanas, contra Irak. La magnitud de los ataques fue de una escala no mucho menor que la de 1991.


  • El pasado 5 de septiembre, un centenar de aviones británicos y estadounidenses bombardearon un enclave situado al oeste de Bagdad, es decir, fuera de la zona de exclusión aérea, sin permiso alguno de la ONU. El pretexto esgrimido era destruir las baterías antiaéreas iraquíes para allanar el terreno a la nueva invasión que tendrá lugar de modo inminente.

Lo cierto es que, con independencia de la maldad de su régimen gobernante, en los once años transcurridos desde la guerra del Golfo de 1991, Irak jamás ha dado la menor muestra de suponer una amenaza militar para Occidente. Difícil es creer, por otra parte, que pueda haber desarrollado un contingente apreciable de armas de destrucción masiva, dada la estrecha vigilancia e incluso control de su territorio que han ejercido Estados Unidos y el Reino Unido, países poseedores del armamento y la tecnología más sofisticados.

Parece obvio que son razones menos confesables (control del petróleo iraquí, presiones de la industria de armas, dominio geopolítico de la zona) las que impulsan los ataques. Así pues, se diría que el destino de este país, como el de Afganistán, consiste en ser víctima del brutal ensañamiento de potencias extranjeras, a raíz de una invasión, la de Kuwait (animada, según Newsweek, por la propia embajadora norteamericana en Irak), que fue rápida y fácilmente revertida en 1991. (¿Es verosímil, por cierto, que tanto "odio" pueda derivarse de aquella invasión, aun cuando no se aceptase la implicación estadounidense en su desencadenamiento?).

Últimamente, en parte por razones de "aniversario", se pone mucho énfasis en los posibles vínculos del régimen iraquí con los autores de los macroatentados del 11-S. Ésta, se dice, sería una razón de peso para castigar a Irak, como ya se hizo con Afganistán. Pero, aparte de que no existe la menor prueba que avale esa imputación, ya hemos visto que la obsesión estadounidense contra Irak es muy anterior al 11-S.

Los nuevos ataques se aproximan, y el mundo calla. A lo sumo, se oyen tibias voces "frente" a tanto exceso: el Vaticano, como de costumbre, dando una de cal y otra de arena. Los gobiernos europeos, cuando no serviles esbirros, musitando "no, de momento" para acabar (ya lo estamos viendo) exclamando “sí” a la única superpotencia. Las poblaciones de Occidente, adormecidas con todo tipo de divertimentos opiáceos, y demasiado preocupadas por satisfacer su individualismo posmoderno... (¿dónde está, por cierto, la voz del "pujante" movimiento antiglobalización, sus marchas públicas contra el ataque a Irak?).

Junto a esa ominosa ley del silencio, hay otros que no callan, pero no precisamente para auspiciar la paz. Toda una cohorte de señores de la guerra, encabezada por la Brigada Antiprogre (ver, por ejemplo, las diferentes ediciones de Libertad Digital desde finales de agosto para acá) proclama su sed de sangre. Y apenas hay quien se escandalice por ello...

«No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad. Confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldad, y engendran iniquidad» (Isaías 59: 4).

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DENNIS KUCINICH / Congresista y líder del ala progresista del Partido Demócrata de EEUU
«La idea de hacer justicia tirando bombas es muy peligrosa»
El Mundo, 25.8.02

[Por la sensatez y el saludable idealismo de este singular político estadounidense, reproducimos completa esta entrevista con él, a pesar de que no coincide plenamente con la posición de La Excepción.]

Ha agitado la conciencia adormecida de millones de compatriotas. Hace meses lanzó su 'Plegaria por América', criticando las veleidades bélicas de Bush y el asalto a las libertades civiles. Ahora, desde su púlpito demócrata en el Congreso, se ha empeñado en evitar a toda costa la ofensiva militar contra Irak

CARLOS FRESNEDA. Enviado especial

CLEVELAND (OHIO).- Utópico y atípico a sus 55 años, aclamado en su día como el alcalde imberbe de Cleveland, Kucinich -sangre croata e irlandesa en las venas- ha emergido en los últimos meses como el líder más visible de la otra América. Su propuesta para crear un Departamento de Paz y sus incontables iniciativas por el medio ambiente, los derechos humanos y la justicia social le han situado en primerísimo plano de la escena política. En círculos progresistas suena ya el tam-tam de una candidatura presidencial.

– Vuelven a escucharse las campanas de un ataque a Irak en octubre o enero. ¿La decisión está tomada?
–No lo sé, pero tenemos que hacer todo lo posible desde el Congreso para evitarlo. No hay justificación para atacar Irak. Ni se ha demostrado que esté detrás de los atentados del 11 de Septiembre, ni constituye una amenaza real para Estados Unidos. La motivación hay que buscarla tal vez en los intereses del petróleo y en la necesidad de alimentar nuestra industria militar...

– ¿Cree que el presidente Bush será capaz de lanzar una ofensiva sin el apoyo de los aliados?
–Si este país atacara así, sin provocación alguna, estaría violando flagrantemente la ley internacional. Por eso le hemos enviado al presidente una carta firmada por 75 congresistas: queremos que cumpla con la Constitución y que no actúe sin nuestro consentimiento.

– ¿Hasta dónde puede llevarnos la 'guerra contra el terror'?
– El propio concepto de guerra sin fin es lo que me preocupa.Si América no hace otra cosa que enseñar el músculo militar y tratar de impresionar con su poder, contra Irak o cualquier otra nación, estamos poniendo en peligro la seguridad del planeta y el futuro de muchas generaciones...

– ¿Y la amenaza del terrorismo?
– La amenaza es real, pero no podemos olvidar que vivimos en una sociedad democrática, y uno de los elementos esenciales de la democracia es la justicia. Desde luego, lanzar bombas no es una manera de hacer justicia. Ya lo dije cuando empezaron los ataques sobre la población civil en Afganistán y lo vuelvo a decir ahora.La idea de hacer justicia tirando bombas es muy peligrosa...Estamos en un momento de alto riesgo, en el que el principio de la guerra puede extenderse sin freno por todo el mundo.

– En plena guerra contra el terror, usted se desmarca con su propuesta para crear un Departamento de Paz. Sus colegas en el Congreso le tachan de idealista...
– ¿Hay otra manera mejor de vivir que perseguir nuestros ideales? Si renunciamos a nuestros ideales, acabamos viviendo con los ideales de otros. Hay gente que cree que el mundo es un sitio amenazante, que el miedo ha de ser el principio rector de nuestras vidas. Yo me rebelo contra ese tipo de mentalidad... Necesitamos aplicar los principios de la no violencia a todas las esferas de nuestra vida, de ahí mi propuesta del Departamento de Paz, que ya cuenta con el apoyo de casi medio centenar de congresistas.htmiro a que la paz ilumine nuestros corazones, nuestros países.La guerra va contra la humanidad. Necesitamos evolucionar hacia un punto en la conciencia humana en que la guerra se vea como algo arcaico.

– ¿Por qué los demócratas han cerrado filas con Bush y no levantan su voz contra la guerra?
– No estoy en condiciones de explicar por qué otros han decidido no hablar. Yo lo he hecho porque creo apasionadamente en la libertad de expresión y en otras libertades que están en peligro en nuestro país. Nuestra democracia ha sufrido en los últimos meses un gravísimo deterioro: no hay lugar para la discusión y el debate. En Washington se ha instalado la mentalidad del búnker. Las decisiones nos vienen impuestas.

– ¿Persiste el miedo?
– Hay mucho miedo todavía, sí. El miedo es corrosivo, degrada el espíritu humano... Es como un virus que altera la conciencia, y está claro que el Gobierno ha sacado partido de ello... Para superar el miedo hace falta coraje, el coraje de decir no a más guerras. Mucha gente en este país está deseando un cambio de rumbo. No podemos seguir midiendo el patriotismo por el rasero del apoyo a la guerra.

– Usted llevó al propio presidente Bush a los tribunales por abandonar el tratado ABM de misiles antibalísticos sin el consentimiento del Congreso.
– Es cierto, y otros 30 congresistas firmaron conmigo. Pero la decisión ya estaba tomada, y como en tantos otros temas, el Gobierno americano ha decidido desmarcarse de la comunidad internacional.Me preocupa que se rompan nuestros lazos con el mundo, me preocupa que estemos a expensas de lo que dicte nuestra industria militar...También me he opuesto al desarrollo de nuevas armas nucleares y, por supuesto, a la militarización del espacio. Los planes de esta Administración para controlar el espacio me parecen una parodia siglo XXI de la Armada Invencible.

– Pero los demócratas han cerrado también filas en el aumento de los gastos militares...
– Algunos nos hemos opuesto... A mí me parece increíble que se destinen 45.000 millones de dólares extras al presupuesto de Defensa, cuando no ha habido una auditoría seria sobre los gastos militares en muchos años. Más me cuesta creer todavía que podamos seguir tirando así el dinero cuando tenemos en este país 42 millones de personas que no pueden pagarse un seguro médico. La sociedad americana se está militarizando, y estamos descuidando los aspectos más básicos de la vida de los ciudadanos.

– ¿Cuándo fue la última vez que pudo despachar con el presidente Bush sobre estos temas?
– Antes del 11 de Septiembre charlé varias veces con él. Después se ha hecho inaccesible.

– Su nombre empieza a sonar fuerte como posible candidato presidencial...
– Es muy pronto para hablar de eso. Lo cierto es que estoy recibiendo muchísimos ánimos y hay mucha gente que me apoya... De momento seguiré trabajando por mi distrito, aquí en Ohio, y llevando al Congreso un mensaje de esperanza.

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El sino de Batasuna
© J.F.S.P. [juanfernandosanchez@laexcepcion.com] (8 de septiembre de 2002)

La reflexión imparcial sobre una medida democráticamente necesaria evoca numerosas sombras del pasado, y parece acompañarse de otras nuevas.

Antes del 11-S, no eran pocos quienes pensaban que el conflicto vasco podía tener una solución a la irlandesa. Se hallaban entre ellos, anhelosamente, los propios (pro) etarras y demás nacionalistas vascos. Analistas más distanciados también veían posible esa salida, en mayor o menor grado, y con las adaptaciones que requiriesen las especificidades vascas y españolas.

A raíz del 11-S, con la cólera comprensible de la superpotencia humillada, todos los terroristas del mundo temblaron. ETA y su entorno estuvieron unos días sin dar señales de vida. Los nacionalistas vascos callaban o medían las palabras más que en jornadas previas. Y, como era de esperar, el gobierno español decidió aprovechar los nuevos vientos para dar un salto cualitativo en su lucha contra el terrorismo. Así llegaron, por ejemplo, la inclusión de ETA en listas internacionales de organizaciones terroristas, y la petición de hacer lo propio con su brazo legal, Batasuna (petición que, naturalmente, no podía prosperar mientras siguiera siendo legal).

Es cierto que el gobierno del PP tenía, desde mucho antes del 11-S, una estrategia firme y coherente para luchar contra ETA. Aparte de otras consideraciones, el haber sufrido en sus propias carnes un atentado de la banda criminal le dio a José María Aznar un aplomo y una determinación que no se habían visto en ninguno de los anteriores presidentes del gobierno.

Pero esa política se veía sistemáticamente puesta en entredicho no sólo por los nacionalistas llamados “democráticos”, sino también por el principal partido de la oposición española. Ahora puede parecer la cosa más natural del mundo, pero antes del 11-S no hubiera sido concebible el apoyo del PSOE, campeón de la inmoralidad en este país, a la ilegalización de Batasuna. Ni siquiera parecía firme su adhesión al pacto antiterrorista que este mismo había firmado con el PP, y que parecía agrietar el edificio de un régimen, el español, basado en el consenso desde los inicios de la transición. En aquellos tiempos, aún cercanos, múltiples voceros del PSOE coincidían con el PNV en invocar de la manera más insidiosa el equívoco término diálogo (ver Diálogo), incluso inmediatamente después de sufrir un asesinato en sus propias filas. No se decía abiertamente, pero quedaba claro que ese diálogo debía hacerse extensivo al propio entorno etarra.

¿Qué ha quedado de eso al día de hoy, cuando el propio PSOE ha sido uno de los dos partidos principales en suscribir la ilegalización de Batasuna? ¿Quién considera hoy probable una solución a la irlandesa?

Por ello resulta asombroso comprobar la miopía (¿o se trata de amnesia?) de tantos comentaristas profesionales, cada día pegados a la actualidad, respecto a la decisiva influencia del 11-S en la actual evolución del conflicto en el País Vasco.


Maquiavelismo por todas partes

En los últimos años, sobre todo desde la segunda mitad de la década de los noventa, sucedieron tres acontecimientos de gran importancia en relación con este conflicto:

  1. Intensificación, como nunca antes, del terrorismo callejero o kale borroka, extendiendo así la intimidación terrorista a toda la sociedad.


  2. Radicalización del PNV poco después del emblemático asesinato de Miguel Ángel Blanco (la dirección de ese partido optó por extremar sus posturas al ver cómo, de manera razonable, el PP polarizaba las suyas).


  3. Nueva victoria electoral del PNV en las elecciones celebradas en la primavera de 2001, frente a los pronósticos según los cuales “esta vez sí” podía llegar el PP al gobierno vasco. El trasvase de votos batasunos fue decisivo para esta victoria.

Eran, por parte nacionalista, los años del “árbol y las nueces” (aquello de que ETA meneaba el árbol y el PNV recogía las nueces...). Y por parte del gobierno central, de la tendencia a identificar en el ánimo de la gente el independentismo con la práctica de la violencia. Tendencia que, caso de ser voluntaria (y así lo parece), sería una vileza, al margen de que a menudo –no siempre– esos dos fenómenos vayan unidos en la realidad vasca.

Eran también, y en consonancia con ello, los años en que se acusaba, no sin cierto ánimo incriminatorio, al gobierno autónomo de PNV y EA de compartir los fines con ETA, aunque no los medios. Se buscaba hacer prevalecer así, a toda costa, la postura de firmeza frente al terror, sobre todo desde que, para gobernar, al PP ya no le eran necesarios los nacionalistas, gracias a su mayoría absoluta.

En realidad, el gobierno central no hubiera necesitado de ese tipo de maniobras para sus fines, pues disponía de una acusación mucho más fuerte, y también más veraz: el gobierno nacionalista vasco no compartía sólo los fines con ETA-Batasuna, sino también los medios. Al usar el fenómeno terrorista para expandir las cuotas de autogobierno, y al dejar hacer a los “terroristas de baja intensidad”, PNV y EA mostraban una total complicidad con los métodos empleados por todo el entorno etarra.

¿Por qué el PP no subrayó ese hecho, y en su lugar repetía hasta la saciedad esa “identidad en los fines pero no en los medios”? Cuesta creer que se debiera a un error analítico. Más bien cabe atribuirlo a que la imputación más fuerte hubiera dejado en muy mal lugar pasadas colaboraciones del PP (en el Congreso español), y no digamos del PSOE (incluso en el gobierno vasco), con los nacionalistas. Y, por supuesto, hubiera sembrado el terreno de minas para posibles colaboraciones futuras, en caso deseable. Por no hablar de que, admitiendo algo tan duro, entonces tal vez la ilegalización, cuando llegase, no debiera limitarse a Batasuna...


La ilegalización de Batasuna

Que Batasuna es ETA y que, como tal, debería ser ilegal desde hace lustros (o no haber sido nunca legalizada) era algo palmario a los ojos más cegatos. Ciertamente, el estado de derecho no tenía que limitarse a saberlo, sino que había que probarlo. Lo indignante es que se haya tardado tanto tiempo en hacerlo, pues si se considera que supone un avance en la lucha contra ETA (es decir, en el debilitamiento de su capacidad de matar, extorsionar e intimidar), haberlo hecho antes hubiera permitido ahorrar sufrimiento.

A diferencia de años previos en los que, enrarecido el ambiente con el caso PSOE-GAL, se detenía a toda la Mesa Nacional de HB para luego volver a ponerla en libertad en cuestión de meses, hoy se procede a la ilegalización y suspensión de actividades de Batasuna sólo gracias al 11-S. Al fin se empieza a llevar a la práctica algo que era de rigor, pero hay en las motivaciones profundas de estas medidas, así como en diversas declaraciones y conductas a ellas asociadas, elementos que no mueven precisamente a la esperanza.

La sucesión de episodios en este proceso (no sólo la lógica prohibición de manifestarse expresamente a favor de Batasuna, sino también la descalificación hacia todo aquel que se manifiesta en contra de su ilegalización; no sólo la necesaria persecución judicial de quien hace apología del terrorismo, sino también el hostigamiento a quien no condena un atentado) permiten colegir que ha sido el envalentonamiento derivado del 11-S el motor principal de la deseable ilegalización de Batasuna.

Pero ya son conocidos los “efectos colaterales” de semejante actitud en muchas otras esferas. Por desgracia, parece que el conflicto vasco también puede conllevar efectos de ese tipo.

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¿Renuncia papal?
© G. S. V. [guillermosanchez@laexcepcion.com] (6 de septiembre de 2002)

Los medios de comunicación vienen recogiendo ampliamente el debate en torno a la conveniencia de la renuncia del papa Wojtyla por razones de edad y de salud (debate, por cierto, que demuestra un profundo desconocimiento acerca de la institución católica romana).

Prácticamente todos las noticias y análisis, independientemente de la fuente, insisten en la tenacidad, valor y espíritu de entrega del obispo de Roma. ¿Qué se diría de un dirigente cristiano de otra confesión que ocupara su cargo de forma vitalicia, y a quien estuviera reservada la decisión sobre su renuncia, sin instancia legal o normativa que regulara su mandato? Pocas organizaciones religiosas, incluso entre aquellas calificadas como “sectas”, presentan una organización interna tan jerarquizada y centralizada como la Iglesia Católica. Pero de todos aquellos personajes públicos que han opinado sobre si Juan Pablo II debe renunciar o no (incluidos escépticos confesos, que sin embargo valoran de forma pragmática la “inmensa repercusión social” de la institución), casi ninguno ha tenido en cuenta este dato.

El papa, además de dirigir la Iglesia Católica Romana (ICR), es un jefe de estado. Según la Ley fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano, renovada en noviembre de 2000, «el Sumo Pontífice, Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano, tiene la plenitud de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial» (artículo 1). Es decir, rige como un monarca absoluto (a pesar de lo cual, curiosamente, no deja de reclarmar democracia a otros estados). Cualquier político que, gobernando un estado de estas características, se aferrara a su cargo a pesar de cualquier circunstancia, recibiría numerosas críticas en nombre de la democracia. Pero, ya lo decía un cardenal, la ICR «no es una estructura democrática en la que el pueblo es soberano», sino «una sociedad instituida desde lo alto» (Zenit, 5.3.02), es decir, una pretendida teocracia. Lo llamativo de este régimen es que no sólo se limita a la circunscripción territorial que los Acuerdos de Letrán de 1929 delimitaron para los antiguos Estados Pontificios, sino que se extiende a todos los creyentes católicos del mundo.

Juan Pablo II se comparó a si mismo con el apóstol Pedro: «Oremos para que la fe de Pedro y Pablo sostenga nuestro testimonio y nos haga disponibles, si fuera necesario, incluso hasta el martirio» (La Razón, 1.7.02). Pero algunas declaraciones de sus seguidores alcanzan lo blasfemo: «Jesús no bajó de la cruz», afirmó el periodista católico Vittorio Messori (La Razón, 30.6.02); «¿Quién podría hacer lo que hace él? Parece el Cristo doliente», comparó el metropolitano ortodoxo búlgaro Simeón (El País, 26.5.02); paralelismos inaceptables para cualquier seguidor de Jesús, católico o no, que conciba la cruz como la entrega insustuible de Jesús por el mundo.

Lejos de debilitar su imagen, la exhibición de la decrepitud senil de Wojtyla ha incrementado la admiración y respeto hacia su figura y hacia lo que representa en el mundo de la religión y de la política (cada vez más cercanos, en parte como consecuencia de su mandato). Ya lo señaló el obispo italiano Vincenzo Paglia: «La debilidad y la vejez del Papa, unidas a su sufrimiento, agigantan la altura espiritual y la profundidad de su mensaje» (El País, 2.6.02). Para algunos católicos este efecto es algo milagroso, pero cabe preguntarse si no es más bien fruto de una hábil utilizacion de la imagen propia de los tiempos iconólatras que vivimos.

En cualquier caso, cada vez más miradas confluyen en Roma, y se acrecienta la autoridad del papado. El efecto buscado se está logrando plenamente: «El Papa es hoy más Papa que nunca. Y no sólo para los católicos. Muchos ortodoxos, protestantes, musulmanes, judíos, hindúes, muchos, muchísimos agnósticos, han reaccionado frente al sectarismo de algunos medios de comunicación, elogiando la actitud de un hombre que defiende la justicia social y el esplendor de la verdad cristiana, veritatis splendor, dejándose la vida a jirones en el esfuerzo», reflexionaba el a veces más papista que el papa Ansón, director de La Razón (29.5.02). En el mismo medio, el analista Dalmacio Negroofrecía una intresante interpretación: «La autoridad no es poder, pero es más que el poder. La autoridad implica una superioridad intelectual y moral reconocida socialmente y en la época del nihilismo es natural el rechazo de toda autoridad. En el fondo, la hostilidad al Pontífice es debida a que tiene autoridad y se reconoce su autoridad, hasta por miembros de otras religiones e Iglesias» (27.8.02; negrita añadida). La clave del liderazgo está en la autoridad; el mundo actual busca una autoridad moral de carácter global (ver Ecumenismo y autoridad). Pero toda autoridad legítima debería huir de la tentación autoritaria.

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